viernes, 4 de mayo de 2012

MARCEL PAGNINI / ESTRUCTURA LITERARIA Y MÉTODO CRÍTICO





Historia: sucesos que se han de narrar (fábula o inventio).
Discurso: acontecimientos narrados. Los sucesos según el modo como el narrador nos los comunica. La primera característica del discurso es la linealidad del desarrollo en el tiempo (frente al tiempo de la historia que es pluridimensional, y por consiguiente, ofrece también acontecimientos simultáneos). Esta situación hace que el narrador deba escoger lo que debe decir antes o después, o en el medio, o interrumpiendo el discurso… de manera que se presenten deformaciones de la historia en cadena, por alternancia o por inserción.
Por eso el valor estético de la narración depende de lo que el narrador decida respecto de la composición de esa linealidad.

El autor puede abreviar los hechos mediante rápidas informaciones, o recurriendo a un personaje narrador; también puede representarlos en sentido dramático con diálogos y acciones. La distribución adecuada de estos módulos narrativos, con diferentes velocidades, crea un ritmo especial que controla la emoción -el "suspense", por ejemplo-, distribuye el énfasis, etc.

La relación entre personaje y narrador:
Puede suceder (a) que el narrador sea omnisciente; (b) que esté al mismo nivel que el personaje y, por tanto, no pueda proporcionar explicación alguna hasta que el personaje la haya madurado, y (c) que esté por debajo del personaje, de forma que sólo pueda describir lo que ve y siente.

El ideal dramático: sin voz moral
Se confía todo a los personajes que a veces cumplen la función de puntos de vista. Sentir y penar con la conciencia de uno u otro personaje. Objetividad absoluta, ideal dramático, método utilizado por los autores del siglo XX.
Como el símbolo, los diferentes puntos de vista conforman una realidad poligonal de experiencias inseguras y contradictorias. Red se reacciones subjetivas que frenan el paso narrativo para imitar procesos de reflexión y monólogo interiores como ocurre en La hojarasca.

El narrador:
El narrador en primera persona permite una identificación más grande entre narrador y personaje que narra.

La tercera persona aleja al narrador del mundo representado, pero la tensión sigue ocurriendo entre el mundo de los personajes, los hechos y el punto de vista del narrador, que suele ser ficticio.
La transformación de la acción narrativa sobreviene en el proceso de distanciamiento entre el narrador y el personaje que cuenta algo, proceso en el que se capa la interpretación de lo contado y su valor espiritual.

Cuatro clases de narrativa:
(N. Frye) Novel romance (novela y relato fantástico), confesión y anatomía. Estos tipos se combinan híbridamente. El romance no se propone crear personajes verdaderos sino figuras estilizadas que tienden al tipo psicológico, y no se preocupa por ubicarlas en un marco social consistente.
Conviven los dos tipos: Don Quijote y Madame Bovary. En este caso, el punto de vista irónico surge de la situación novelesca. El romance tiende a la alegoría, y se sitúa entre el novel, que trata de los hombres y el mito, que trata de los dioses. El novel suele ser un sucedáneo de la historia. La confesión es una autobiografía, aunque no necesariamente del narrador. El monólogo interior fusiona novel o el romance con el género autobiográfico. Por lo general, en la confesión prevalece un interés teórico, religioso, político, artístico… Se trata de un género intimista e intelectual.
El género llamado Anatomía no se interesa por los hechos de los personajes sino por el libre juego de la fantasía intelectual y de la acción humorística, satírica y caricaturesca. Es una visión intelectual del mundo y suele violentar la lógica usual narrativa. En él se despliega una profunda erudición. ¿Un ejemplo sería Cándido de Voltaire?

El cuento:
Tiende al único efecto narrativo con la máxima economía de medios a cambio de la máxima intensidad (C. Hamilton). Poe decía lo mismo: unidad de efectos, brevedad que permita la lectura sin interrupciones; economía verbal.  

El héroe problemático:
La historia de la novela es una búsqueda de valores auténticos por parte de un héroe problemático en ruptura con su mundo deteriorado, conformista y convencional (Lukács). Así, el héroe pertenece a cada uno de estos tipos: el idealista abstracto, inadaptado a la complejidad del mundo, como Don Quijote; el héroe pasivo, viviseccionado psicológicamente; y el héroe maduro, viril, que aún no aceptando el mundo convencional renuncia a la búsqueda problemática.




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