Historia:
sucesos que se han de narrar (fábula o inventio).
Discurso:
acontecimientos narrados. Los sucesos según el modo como el narrador nos los
comunica. La primera característica del discurso es la linealidad del
desarrollo en el tiempo (frente al tiempo de la historia que es
pluridimensional, y por consiguiente, ofrece
también acontecimientos simultáneos). Esta situación hace que el narrador
deba escoger lo que debe decir antes o después, o en el medio, o interrumpiendo
el discurso… de manera que se presenten deformaciones de la historia en cadena,
por alternancia o por inserción.
Por
eso el valor estético de la narración depende de lo que el narrador decida
respecto de la composición de esa linealidad.
El
autor puede abreviar los hechos mediante rápidas informaciones, o recurriendo a
un personaje narrador; también puede representarlos en sentido dramático con
diálogos y acciones. La distribución adecuada de estos módulos narrativos, con diferentes velocidades, crea un ritmo
especial que controla la emoción -el "suspense", por ejemplo-,
distribuye el énfasis, etc.
La
relación entre personaje y narrador:
Puede
suceder (a) que el narrador sea omnisciente; (b) que esté al mismo nivel que el
personaje y, por tanto, no pueda proporcionar explicación alguna hasta que el
personaje la haya madurado, y (c) que esté por debajo del personaje, de forma
que sólo pueda describir lo que ve y siente.
El
ideal dramático: sin voz moral
Se
confía todo a los personajes que a veces cumplen la función de puntos de vista.
Sentir y penar con la conciencia de uno u otro personaje. Objetividad absoluta,
ideal dramático, método utilizado por los autores del siglo XX.
Como
el símbolo, los diferentes puntos de vista conforman una realidad poligonal de
experiencias inseguras y contradictorias. Red se reacciones subjetivas que
frenan el paso narrativo para imitar procesos de reflexión y monólogo
interiores como ocurre en La hojarasca.
El
narrador:
El
narrador en primera persona permite una identificación más grande entre
narrador y personaje que narra.
La
tercera persona aleja al narrador del mundo representado, pero la tensión sigue
ocurriendo entre el mundo de los personajes, los hechos y el punto de vista del
narrador, que suele ser ficticio.
La
transformación de la acción narrativa sobreviene en el proceso de
distanciamiento entre el narrador y el personaje que cuenta algo, proceso en el
que se capa la interpretación de lo contado y su valor espiritual.
Cuatro
clases de narrativa:
(N.
Frye) Novel romance (novela y relato fantástico), confesión y anatomía. Estos
tipos se combinan híbridamente. El romance no se propone crear personajes
verdaderos sino figuras estilizadas que tienden al tipo psicológico, y no se
preocupa por ubicarlas en un marco social consistente.
Conviven
los dos tipos: Don Quijote y Madame Bovary. En este caso, el punto de
vista irónico surge de la situación novelesca. El romance tiende a la alegoría,
y se sitúa entre el novel, que trata de los hombres y el mito, que trata de los
dioses. El novel suele ser un sucedáneo de la historia. La confesión es una
autobiografía, aunque no necesariamente del narrador. El monólogo interior fusiona
novel o el romance con el género autobiográfico. Por lo general, en la
confesión prevalece un interés teórico, religioso, político, artístico… Se
trata de un género intimista e intelectual.
El
género llamado Anatomía no se interesa por los hechos de los personajes sino
por el libre juego de la fantasía intelectual y de la acción humorística,
satírica y caricaturesca. Es una visión intelectual del mundo y suele violentar
la lógica usual narrativa. En él se despliega una profunda erudición. ¿Un ejemplo sería Cándido de Voltaire?
El
cuento:
Tiende
al único efecto narrativo con la máxima economía de medios a cambio de la
máxima intensidad (C. Hamilton). Poe decía lo mismo: unidad de efectos,
brevedad que permita la lectura sin interrupciones; economía verbal.
El
héroe problemático:
La
historia de la novela es una búsqueda de valores auténticos por parte de un
héroe problemático en ruptura con su mundo deteriorado, conformista y
convencional (Lukács). Así, el héroe pertenece a cada uno de estos tipos: el
idealista abstracto, inadaptado a la complejidad del mundo, como Don Quijote;
el héroe pasivo, viviseccionado psicológicamente; y el héroe maduro, viril, que
aún no aceptando el mundo convencional renuncia a la búsqueda problemática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario