Lucakcs:
La
novela intenta darle sentido a la vida humana en un mundo degradado y sin
sentido que reniega de las ideas estéticas del arte. El realismo fijo en la
historia vive de la nostalgia del pasado, y se representa en la narración a
distancia.
Las
relaciones entre sujeto y objeto están mediadas y en conflicto (no existe la
armonía); por lo tanto el hombre no encuentra respuestas, y se convierte en un
sujeto problemático que no encuentra garantía de totalidad en el mundo
degradado. Entre más conoce el mundo más crece su conflicto; la aprehensión del
mundo aumenta, y con ello la incapacidad de abarcarlo. La única opción es
recoger los fragmentos: la totalidad novelesca se expresa en la fragmentación.
No
hay evidencias del mundo, de la verdad ni de sus semejantes (necesidad ética).
La totalidad novelesca intenta interpretar el mundo, lejos de la vida concreta.
La búsqueda de la trascendencia en un mundo de valores extraños puede llevar al
sujeto al crimen o a la locura. La novela es la expresión de la imposibilidad de
alcanzar esa trascendencia de la vida, de hacerla esencial dentro de las
coordenadas históricas y psicológicas del hombre.
La
novela es expresión de la nostalgia de la pérdida de la trascendencia, del
destino humano en crisis permanente, cuya existencia se revela como algo
inacabado.
Relato
de la interioridad, del alma humana que busca su esencia, expresión de la
ambivalencia humana, biografía de la nostalgia, del hombre escindido entre el
mal y los valores, entre la historia y la utopía. La novela es búsqueda y
deseo. Subjetividad que incluye lo imaginario y lo simbólico. El mundo,
extenso, inalcanzable, apreciable solo en forma de fragmentos por un individuo
roto en su interior, escapa de la medida humana.
La
novela intenta responder a las necesidades del hombre moderno, tratando de
apoderarse de los principios fundadores del mundo humano (orden cosmológico),
sin encontrar símbolos para ello. La novela intenta conocer el mundo pero dada
su infinitud solo capta sus fragmentos. Cualquier aprehensión es parcial e
intensiva.
Es
como captar el fantasma del mundo infinito. Expresión de la duda y la
desconfianza en el otro y en el saber (escepticismo). La solución estética a la
dificultad está en las posibilidades de la ficción: ironía, ambigüedad,
metonimia, paradoja, parodia, humor.
René
Girard y Lucien Goldmann:
Lo
romántico acepta la espontaneidad del deseo y la autonomía y originalidad de la
subjetividad, lo que supone que el deseo es lineal. Asistimos a una lucha entre
el novelista y el romántico, entre la desmitificación y la mistificación del
deseo mimético que genera el conflicto, pues constituye una amenaza para la
armonía y para la supervivencia de las comunidades humanas.
La
violencia mimética crea víctimas propiciatorias. Este sacrificio establece
jerarquías, determina diferencias, e impone valores donde solo aparecía el
conflicto, mediante el juego dialéctico de la rivalidad mimética. Se representa
así la pugna entre el orden y el desorden, engendrando una narrativa donde
prevalecen los efectos del sacrificio unánime de la víctima propiciatoria.
Los
personajes novelescos imitan los deseos de vida. Sólo en las grandes obras el
sujeto y el objeto se ven influidos por un mediador que irradia su acción sobre
uno y otro que cambian, pero el deseo triangular permanece. Todos desean ser
otro. Sancho desea según Don Quijote, y este desea según Amadís de Gaula.
Aunque
no se vea, existen las diferencias entre Quijote y Sancho, la influencia
profunda y constante del mediador imaginario en el caso del caballero; la
lejanía del mediador en Don Quijote implica que este sea un héroe sereno donde
no se da la obstinación porque los deseos no lo torturan y no se encarnizan
contra el infortunio. En cambio, los héroes de Proust y Stendhal se decepcionan
porque, una vez alcanzado el objeto de su deseo, comprueban que su ser no ha
cambiado, y que la metamorfosis esperada no ha ocurrido. Entre más cerca el
mediador mayor la pasión en detrimento del valor del objeto concreto.
Madame
Bovary quiere ser otra, y trata de imitar superficialmente a las heroínas
románticas de las mediocres novelas que lee. Esto le produce angustia, y hace
del bovarysmo un fenómeno contemplativo. Ocurre lo mismo en personajes de
Stendhal, en donde Julián imita a Napoleón.
El
vanidoso desea un objeto que desea un tercero de prestigio: el mediador se
vuelve rival del sujeto, porque la vanidad propicia su existencia antes de
exigir su derrota. Quijote y Emma no pueden rivalizar con el mediador, pues la
mediación externa impide que las esferas del mediador y el sujeto se toquen. En
la mediación interna la distancia es reducida y las esferas se superponen. El
enfoque es psicológico, pues se trata de los sentimientos: odio, vanidad,
celos, pasión… y de actitudes: envidia, esnobismo, obsesión, que manifiestan el
deseo mimético del sujeto al imitar a su mediador.
Goldmann:
Postura
estructuralista-genética:
La
novela evidencia las condiciones históricas de las formas de pensar de su
tiempo. Constituye una actitud o una toma de posición frente a la ideología del
momento.
Los
hechos humanos buscan satisfacer necesidades e ideales, y modificar la
situación en consonancia con aspiraciones de grupo. Cada grupo ocupa un lugar
en la producción como explotador o trabajador, por sus relaciones con otros
grupos o clases, y por su visión de mundo.
Los
textos literarios son hechos de habla. La lingüística se encarga de las
posibilidades de la significación, no de la significación misma. La obra
literaria significa, y no hay formas de definir qué es lo pertinente en un
texto literario. La literatura no es el estudio de los medios sino de las
significaciones. Las significaciones son dobles: significaciones
intratextuales y las extratextuales o
visión de mundo.
Ideología:
conciencia de intereses materiales de un grupo. Visión de mundo: sentido global
de las relaciones humanas o máximo de conciencia posible de clase. Ambas son
formas de la conciencia colectiva. La visión de mundo responde a un problema
histórico-social. La ideología es la realización socio-histórica del principio
filosófico que anima la cosmovisión.
La
novela es producto de una praxis de sujetos humanos colectivos que mantienen el
equilibrio entre sus necesidades, obligaciones y esperanzas con la estructura
de la sociedad en que se desarrollan. El análisis socio-histórico implica
describir qué tanto sentido abarca la estructura significativa cosmo-visionaria
en la obra literaria, para desentrañar su génesis.
Así
que el sentido textual de la obra depende de su relación con los fenómenos
histórico-sociales de contenido social, y entre estos la concepción de mundo.
La
obra literaria es colectiva, porque sus estructuras son homólogas a las
estructuras mentales de ciertos grupos, o están en relación inteligible con
ellas. La dimensión histórica de la novela estaría en que se atiene al tiempo y
a sus dimensiones, acepta que el mundo se trasforma y progresa, y juega con la
temporalidad hacia el pasado (memoria, nostalgia, ensoñación, arcadia o paraíso
perdido), o hacia el futuro (viaje, aventura, utopía).
Existen
tres visiones de mundo: trágica, racionalista, existencialista y dialéctica.
Trágica:
realización de valores irrealizables; desequilibrio entre las aspiraciones del
hombre y sus limitaciones. El hombre solitario (Don Quijote) se angustia ante
la presencia/ausencia de Dios: ¿puedo seguir viviendo en un mundo que sufre de
insuficiencias radicales? Todos valor humano se ha vuelto relativo. El hombre
trágico (irrealizable en esta tierra) vive apegado a los valores absolutos y
juega al todo o nada. Racionalista: abandona la comunidad y el universo, y se
rige por las categorías del individuo razonable; representa la lucha de la
burguesía contra la nobleza del iluminismo. No hay valores positivos, ni
futuro; su filosofía es la de la limitación y la disolución del sujeto en el
objeto. Sus marcas son el pesimismo y la discontinuidad. Dialéctica: unidad de
acción y pensamiento, o la conciencia del sí para sí, como Marx.
La
socio-estética de Bajtín:
La
novela es un sub-género discursivo narrativo multiforme que expresa la
polifonía social del lenguaje. Abarca todas las formas de productividad social
del discurso, y provoca una saturación ideológica en el lenguaje que presenta
una heterodoxia de conciencia, ideologías, códigos, lenguas, heterofonía de
voces, plurilingüismo de puntos de vista, dialectos, sociolectos, conciencia e
ideologías que generan un diálogo extraño a la representación monofónica y sus
pretensiones de verdad referencial y objetividad. Entraña dos dimensiones: sincrisis:
variaciones semánticas en torno a un tema que confronta varios puntos de vista.
Anacrisis: provocar la opinión o la réplica del otro.
La
verdad y el pensamiento son dialógicos. Por eso no son lineales o sucesivos, e
implican la coexistencia simultánea de varias verdades. Los protagonistas del
diálogo plantean puntos de vista que rompen las maneras tradicionales de pensar
y de ver las cosas. El diálogo socrático purifica la palabra de todo
automatismo y cosificación de la vida cotidiana. De este modo conduce al hombre
a descubrir los estratos profundos de la personalidad y del pensamiento. En el
diálogo se ponen a prueba las ideas, lo que implica poner a prueba a su
portador, al hombre. Es volver la idea plástica, de manera libre y creadora.
De
la sátira menipea, hay en Bajtín (el dialogismo novelesco):
Aumenta
la risa y la invención irrefrenable para poner a prueba la filosofía, la
palabra y la verdad plasmadas en la imagen del sabio buscador de la verdad. Libre
fantasía, simbolismo y misticismo con naturalismo de bajos fondos, en extremo
grosero. Fantasía e invención, gran capacidad de contemplación del mundo. El
universalismo filosófico se da en la acción y en la sincrisis dialógica
trasladada al Olimpo o al infierno. La fantasía experimental es ajena a la
épica y a la tragedia, y se observa desde una posición inusitada. Experimentación
psicológica-moral con la representación de estados anormales: denuncias,
desdoblamientos, suicidios, sueños raros… Escenas de escándalo,
excentricidades, discursos inoportunos, violaciones al discurso normal de las
cosas, contrastes (entre el emperador y el esclavo), utopía en forma de sueños
de viajes a países desconocidos. Uso de géneros intercalados en prosa y verso,
pluralidad de estilos y tonos, actualidad cercada, contemporaneidad,
simultaneidad, sincronía. La polémica fundamental estaría en el diálogo, que no
existe sin confrontación de puntos de vista y los rebajamientos y
excentricidades del carnaval y la cultura popular. Tampoco habrá diálogo sí,
como decía Goldmann, existe coherencia de puntos de vista.
La
palabra bivocal, típica del diálogo, se orienta hacia el objeto o tema, la
palabra del otro, la palabra de sí mismo, o hacia la palabra en sí misma.
Así
aparecen varios tipos de discurso: estilizado, que da lugar a la parodia, la
polémica explícita o implícita, al relato oral o al dialogismo oculto, formas
que permiten diferenciar la palabra ajena de dos formas: la actica y la pasiva.
La parodia es pasiva; la polémica y el diálogo oculto son activas; la una
porque provoca al contrario llegando a contradecirlo, y el otro porque cambia
de sentido o de dirección la palabra ajena.
La
literatura tiene sentido solo dentro de la unidad cultural. Atención a la
lingüística y al lenguaje, a la intensidad emocional-volitiva de la forma junto
con la actitud expresiva valorativa del autor y el espectador: allí está la
forma estética.
Comprender
el objeto estético es comprender la forma arquitectónica, cuyos elementos son
usados por el creador para manejar la materia por medio del desembrague
perceptivo, la saturación perceptiva y la carga afectiva-emocional. Los
elementos cognoscitivos son los históricos, sociales, lingüísticos,
científicos… Los elementos éticos son los que se refieren a la búsqueda y
encuentro con el hombre y todo lo que haga posible y dignifique su vida y sus
fenómenos: mismidad, alteridad, libertad, justicia, trascendencia,
comunicación… Los elementos estéticos se relacionan con la sensibilidad y la
imaginación como ejercicio aplicado a la realidad en su captación original o en
su trascendencia.
La
forma arquitectónica permite ver la obra como metáfora del mundo, y el intento
de construir una visión de mundo plural.
Las
formas arquitectónicas son la sátira, la comedia, lo trágico-cómico, lo
grotesco, el humor, la obscenidad… La arquitectura no está al servicio de
ningún tema ni al servicio de nada. Ella es la forma compositiva, común a varia
artes.
La
forma arquitectónica se relaciona con la forma estética del contenido, e
implica la intencionalidad creadora y una actitud axiológica, necesarias para
construir el objeto estético dotado de sentido y de valor. La forma
arquitectónica es la proyección de la actividad creadora y contemplativa
orientada hacia una visión del hombre y el mundo.
Para
Bajtín, el realismo grotesco es la manifestación de la cultura cómica popular a
través de las imágenes del cuerpo, de la satisfacción de las necesidades
naturales y la vida sexual; imágenes relacionadas con lo colectivo, festivo y
alegre que degrada lo elevado, culto, espiritual, ideal y abstracto,
conservando su carácter ambiguo.
La
imagen grotesca incluye la visión del tiempo en el cual los procesos de cambio
y de metamorfosis son incompletos, e incluye las manifestaciones del lenguaje
popular que apuntan a groserías, imprecaciones, ofensas, juramentos, elogios…
El
realismo grotesco podría estar buscando resituar la vida en los márgenes de los
sentidos, la imposición de la corporeidad plena…
Lo
grotesco representa al hombre des-sublimado, aferrado a la feria de sus
miserias relacionadas con el vientre (las situaciones grotescas tienen poder
ambivalente; asocian boca y ano).
La
imaginación cómica ofrece la inexistencia del cadáver después de la muerte, la
muerte no como hecho físico sino como proceso de despojamiento de los sentidos,
un irse ocultando y fantasmagorizando para presentarse con mayor libertad y
aparecerse en cualquier rincón de una casa…
El
desdoblamiento de varias persona en tres o más figuras, camaleonismo, prueba de
la habilidad del hombre para existir en medio de incertidumbres, misterios,
dudas, sin la irritante búsqueda de hechos y razón. Sincretismo de la imagen.
Lo
corporal y fisiológico a manera de formas de la exageración de posiciones, si
bien cotidianas, salidas de tono. Afluencia de lo primitivo, de lo primordial,
anterior a la hegemonía de lo racional.
La
máscara demoníaca, fantasmal, carnavalesca.
La
presencia de la ideología:
Ideología:
codificación semi-discursiva de la realidad conocida y vivida, valorada por el
hombre, producida de acuerdo con intereses de clase, que sirve de contexto para
la práctica social de los miembros.
En
los mensajes de la ideología se cruzan simbolismo e imaginarios y
conceptualizaciones que pesan en el proceder social de las personas.
Las
ideologías nacen en las clases, y se revelan en los conflictos entre las
clases. Son tan fuertes como el poder de la clase que las imponga por medio de
estrategias diseñadas para hacer pasar sus propios intereses como si fueran los
de todas las clases. Eso hizo la burguesía, que imponía universalmente sus
normas y principios basados en la racionalizad y en la consciencia de sí misma
como clase generadora de modernidad.
La
ideología impone normas, principios y puntos de vista según los cuales debemos
ver el mundo. Contribuye a la enajenación, a la sujeción no violenta del hombre.
En el discurso novelesco se cruza lo simbólico con efectos culturales e
históricos. La ideología hace parte de las formas de la realidad producidas
socialmente por el hombre, y se encarna en cosas materiales y acciones; no
tiene una realidad por fuera del lenguaje, las acciones, los vestidos, las
conductas de los miembros de la sociedad, todo ello cargado de significación. La
ideología no tiene una naturaleza semántica sino que se asocia con cosas
materiales.
La
literatura refleja y refracta todo ese inventario en donde se encarna la
ideología (el medio ideológico). El escritor entra al laboratorio social en
donde se producen las ideologías, y las asume. Por eso la vida del hombre, como
objeto de representación literaria, tiene como atmósfera el medio ideológico,
el medio de los conflictos ideológicos.
El
horizonte ideológico es el campo del conflicto social; allí se enfrentan las
prácticas sociales donde se procesan las ideologías particulares. Pero ese
horizonte ideológico se materializa en ideologemas, es decir, en comportamientos
éticos, filosóficos, psicológicos, históricos… que se articulan para unificar
los enunciados del texto e insertarse en el texto histórico-social.
Semanálisis
de la novela Julia Kristeva:
El
símbolo es misterio, totalidad, trascendencia y jerarquía; se establece en una
relación natural entre el sentido y la expresión. Representa una idea bajo un
solo aspecto. Envuelve a la realidad en un aura de misterio.
La
simbolizado se vuelve irrepresentable e incognoscible porque la relación entre
la trascendencia y la expresión no es directa; entre el significante y el
significado no hay parecido, como tampoco inmediatez, y ambos están separados e
incomunicados.
El
símbolo es estático, inmóvil. Caracterización de personajes según el deber-ser.
Es decir, no hay análisis de conflictos psicológicos e históricos. El
simbolismo es la forma de expresión de la Edad Media. Por eso no hay novela.
Luego,
con el Renacimiento, el hombre se hace centro y protagonista de la historia. El
hombre no ve clara su relación con la periferia, y entra en duda acerca de sus
posibilidades. Sin embargo, es consciente de sus límites, y se vuelve
pragmático y racional. Adquiere conciencia del signo.
Símbolo:
cosmogonía, dios, Universal, trascendente, mito y fe, univocidad, paradoja cero
ironía, sacralidad, logocéntrico, visión épica, ahistoricidad, heroísmo.
Signo:
historia, hombre, particular, inmanencia, razón, ambigüedad, paradoja, ironía,
profanación, escritura, psicologismo, historicidad, antiheroísmo.
El
signo se remite a entidades más concretas, objeto del mundo humano. Está hecho
de unidades que al combinarse hacen del arte una cadena de desviaciones, de una
estructura abierta, interminable.
La
apertura hacia el signo se da por el individualismo. La novela se convierte en
el género expresivo de la burguesía, clase fundadora del proyecto épico que
reordena el mundo, sustrayéndolo a la voluntad divina y creando un orden
universal que, confiado de manera optimista en la visión de progreso, mirará al
hombre como sujeto del orden universal (la modernidad). La novela revela el
ideologema ambiguo del signo. Así que el significado novelesco tiene una
dimensión lógica y retórica. La ambigüedad del signo se debe a que no
representa una elección frente a la realidad sino la adopción de esa realidad
en sus dos caras. Por eso el enunciado novelesco es la resolución argumental de
una díada temática. No se le da prioridad a ningún elemento. La totalidad
novelesca no es un hecho en sí, sino una búsqueda que vive del cambio, de la
trasformación.
En
la novela latinoamericana se presenta una relación ambivalente que es
multiplicidad de ideologemas, de formas, de símbolos ambiguos, de oscilaciones
entre la lírica y la narración. La novela latinoamericana es un híbrido.
El
texto literario redistribuye la lengua destruyéndola y construyéndola en una permutación
o intertextualidad en donde los textos se cruzan, se neutralizan y se
significan bajo el lenguaje.
El
análisis de los niveles estructurales de la novela permite ver sus coordenadas
histórico-sociales. El enunciado novelesco vincula los sememas en una
estructura que permite identificar su procedencia extra-novelesca.
Entonces
el análisis de la novela se debe hacer sobre esa estructura conformada por los
sememas, y sobre las revelaciones intertextuales. Es como si se quisieran
analizar sus órganos y sus relaciones con otros órganos.
La
ambigüedad novelesca supone una puesta en conflicto entre la obligación y la
prohibición, y en el cruce de oposiciones. También supone la ambivalencia entre
la naturaleza de la palabra y La ambivalencia de sus relaciones con los
objetos, que también resultan dobles.
Parece
ser que la novela vincula el modelo estructural (la estructura literaria) al
entorno cultural, y ubica a la palabra en el espacio (espacio cultural,
supongo). Como que va y viene del espacio-tiempo cultural a la página, de la
escritura al mundo que enuncia.
Para
analizar la novela, así convertida en un terrible enredo, es necesario tener en
cuenta la competencia y la actuación.
Competencia:
nivel semiótico (genotexto): nivel abstracto compuesto por los actantes, los
complejos narrativos y la intertextualidad.
Aactuación:
nivel textual (fenotexto): plano de la manifestación, compuesto por los
actores, citas y plagios y situaciones narrativas. Las funciones de ser y hacer
de los actantes están dadas por el generador de actantes (conocimientos de los
actantes, saberes que tienen, poderes, deseos). Las instancias narrativas
relacionadas con las búsquedas y los deseos de los actantes son dadas por el
generador de instancias narrativas. Se trata de los sintagmas verbales y
nominales de la oración gramatical. Supongo que es algo así como Pedro quiere ir a comer papas fritas. De
donde se puede sacar que Pedro conoce los poderes de la papa como tubérculo que
calma el hambre, o que Pedro tiene hambre, y deseos de saciarla.
La
intertextualidad fija la tradición textual, y establece un diálogo entre textos
nuevos y viejos. Lo que define la literatura es ese discurso intertextual, que
niega la autonomía de la novela como sistema que se baste a sí mismo, y cuya
representación, más que hacer referencia a la realidad, apunta hacia los textos
envolventes.
Convergen
en la novela el sujeto de la escritura, el destinatario y los textos
exteriores. Se presenta un diálogo entre sujeto y destinatario, entre texto y
el corpus literario.
La
novela es una construcción dialógica y ambigua entre muchos textos. Por eso los
enunciados novelescos son tan diversos. La ambivalencia da lugar a que se
presenten en la novela la menipea, el carnaval, el doble, la cultura popular.
La naturaleza novelesca es una construcción que dialoga con todo…
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